¡PEÑA NIETO SE VIO TIGRE!
¿Le serán suficientes los cambios?
Por Francisco Licona
“Figuras y figurones”
Peña
Nieto no tuvo más remedio que castigar a dos de sus amigos y aliados políticos,
y se sacó de la chistera dos nuevas caras para la sucesión del 2018 al ver que
Luis Videgaray y Miguel Ángel Osorio, no levantaron como él esperaba. La
economía y la seguridad son pendientes de su gobierno que le han pegado fuerte
a su imagen política.
La
aprobación de Peña, según Luis Pablo Beauregard en un artículo publicado este
viernes 28 de agosto en el País, cayó siete puntos en el último año. Y, según
la encuestadora Pew Center, sólo el 44% de los mexicanos respalda su gestión y
el 72% está insatisfecho con el rumbo del país.
Estos
datos los debe conocer el Presidente y seguramente lo obligaron a castigar y premiar
a otros amigos y aliados -aunque apresuradamente al sentir y decir de la clase
política, analistas y empresarios, al recordar que previo a los informes
presidenciales no se acostumbraba sacudir tapetes-.
En
el viejo rito político, el Informe de gobierno era el espacio para las buenas
noticias y renovar esperanzas. Nada se movía previo al Informe que opacara el
mensaje político del Presidente. No había nota más importante en los miles de
spots en radio, televisión y medios impresos que los avances de logros que
buscaban posicionar la figura presidencial para el “día grande”.
Peña
sabe eso, pero prefirió llegar al día del Informe con las cabezas de sus
pésimos colaboradores en la mano y con los nombres de “los que sí sabrán hacer
bien las cosas”. Los cambios y sacrificios dados a conocer este jueves parecen ser
el mejor spot publicitario del Presidente para menguar el rechazo y la
inconformidad social hacia su persona.
Sobresale
el sacrificio los dos amigos y aliados políticos más cercanos provenientes de
los grupos políticos más fuertes que lo llevaron a la Presidencia. Uno del
Grupo Atlacomulco, Emilio Chuayffet, y otro del Grupo Hidalgo, Jesús Murillo
Karam.
El
primero, Emilio Chuayffet, revolvió el voto del magisterio con una Reforma
Educativa que a decir de los maestros que sí cumplen y que sí saben de qué hablan,
no tiene pies ni cabeza, y además golpeó indignamente al Magisterio que sí
trabajaba y hoy está –junto con los rijosos de la Coordinadora- a punto caer en
los brazos amorosos de Andrés Manuel López Obrador, además de amenazar con
enfrentar con pruebas, los Cuasimodos exámenes de evaluación.
Pero
al que le fue peor fue a Murillo Karam, ya que a Peña no le bastó degradarlo,
quitarle la PGR y enviarlo a la SEDATU, sino que ayer de plano lo mandó a su
casa. Me imagino que cada vez que Peña lo veía o sabía de él, se le venía a la
cabeza la imagen de los desaparecidos de Ayotzinapa.
Hay
que reconocer que Peña se vio tigre y logró bajarle el gas negativo al próximo
Informe de Gobierno, pero según la gente de a pie y en los cafés, se asegura
que le tembló la mano para remover a Luis Videgaray y a Miguel Ángel Osorio
Chong.
Del primero se ha descubierto que pagó la otra “casita blanca” siendo Titular de Hacienda y no como dictaminó Virgilio Andrade, titular de la Función Pública. Además, sus políticas hacendarias y financieras han fracasado. El PIB no ha logrado crecer más allá del 3% y los empleos prometidos no han llegado. Y, el segundo, Osorio Chong, dejó escapar al Chapo. Otro tema que igual que lo de Ayotzinapa y la fallida Reforma Educativa, le han pegado y duro a la imagen de Peña.
Sin embargo, en el café, los sabios aseguran que más allá de lo anterior, lo que en verdad le ha pegado a la imagen del Presidente has sido los escándalos de la “Casita Blanca” de su esposa; la otra Casita de Videgaray; la burla de Virgilio Andrade; los viajes ostentosos y publicidad desmedida en caras revistas de espectáculos de Angélica Rivera y sus hijas; los contratos millonarios otorgados a empresarios amigos y la marginación de los demás empresarios del país… Así que quién sabe si estos movimientos le resulten suficientes.
Del primero se ha descubierto que pagó la otra “casita blanca” siendo Titular de Hacienda y no como dictaminó Virgilio Andrade, titular de la Función Pública. Además, sus políticas hacendarias y financieras han fracasado. El PIB no ha logrado crecer más allá del 3% y los empleos prometidos no han llegado. Y, el segundo, Osorio Chong, dejó escapar al Chapo. Otro tema que igual que lo de Ayotzinapa y la fallida Reforma Educativa, le han pegado y duro a la imagen de Peña.
Sin embargo, en el café, los sabios aseguran que más allá de lo anterior, lo que en verdad le ha pegado a la imagen del Presidente has sido los escándalos de la “Casita Blanca” de su esposa; la otra Casita de Videgaray; la burla de Virgilio Andrade; los viajes ostentosos y publicidad desmedida en caras revistas de espectáculos de Angélica Rivera y sus hijas; los contratos millonarios otorgados a empresarios amigos y la marginación de los demás empresarios del país… Así que quién sabe si estos movimientos le resulten suficientes.
Por
lo demás, Peña les encimó a Videgaray y a Osorio Chong, a dos nuevos
presidenciables: Aurelio Nuño y a José Antonio Meade. Le pagó la cuota de
campaña al PVEM al darle la cabeza de la SEMARNAT a Rafael Pacchiano Aguilar,
militante de ese partido y al que pudieran darle juego político para tenerlo
listo para cualquier eventualidad en el 2018. De todas formas, se dice en los
cafés que el único que podría hacer sombra a Manlio Fabio para la sucesión
podría ser el nuevo Santa Claus, José Antonio Meade… ¿Será?
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